Estamos cansad@s de escuchar todos los efectos negativos que
el tabaco produce en nuestra Salud en general. Y la salud bucal no se libra de
sus peligros. Los más notables son la halitosis, la pérdida del blanco natural
de los dientes y la aparición de manchas, pero desgraciadamente existe una
larga lista de enfermedades y consecuencias que no son tan evidentes.
Los efectos más dañinos que el tabaco tiene sobre la salud
bucal son:
1/La disminución del riego sanguíneo en las encías
reduciendo la capacidad de respuesta ante agentes infecciosos. Por ello el
tabaco puede enmascarar la enfermedad de las encías y permitir que ésta vaya
avanzando sin que la detectemos precozmente.
2/El menor nivel de defensas dificulta la cicatrización de
las heridas de la boca, lo que favorece la aparición de infecciones tras
heridas accidentales o producidas durante intervenciones.
3/Se altera la composición de la placa bacteriana, que se
vuelve más patógena (propensa a causar infecciones). La alteración de la
microbiota bacteriana y del riego sanguíneo no sólo facilita la aparición de
infecciones, sino que complican su tratamiento y postoperatorio, agudizan el
dolor y ralentizan la recuperación de los tejidos
4/Está demostrado que los fumadores tienen muchísimas más
probabilidades de sufrir enfermedades infecciosas como la periodontitis:
patología que cursa con la destrucción de los tejidos de soporte de los dientes
y que puede provocar incluso la pérdida delos dientes. O la candidiasis oral:
infección por el hongo cándida. Dejar de fumar frena el avance de estas
enfermedades.
5/Las membranas de la mucosa oral se irritan y favorecen la
aparición de lesiones y úlceras de la mucosa.
6/El precáncer oral es una lesión de la mucosa oral y una de
las enfermedades más peligrosas provocadas por el tabaquismo, ya que en el 10%
de los casos preceden al cáncer oral. Los fumadores tienen un riesgo mucho
mayor de padecerla y abandonar el tabaco favorece la regresión e incluso la desaparición
de la enfermedad.
7/Casi el 80% de los casos de cáncer oral se deben al
tabaco. Su tardío diagnóstico provoca la muerte de uno de cada cuatro pacientes
afectados.
Ante estos graves problemas, el mejor tratamiento es dejar
de fumar.
Si fumas deberías complementar tu higiene diaria con sedas y
cintas dentales y colutorios para intentar reducir el riesgo de infecciones.
Refuerza tus defensas realizando ejercicio regular y llevando una alimentación
equilibrada rica en vitaminas.
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